Desaceleración Economica en Paraguay. Políticas Anticiclicas: necesarias pero no suficientes.

​Cuando una economía pasa a desarrollar niveles de Desempleo y sus industrias reflejan un exceso de capacidad productiva sin utilizar es obvio que el mercado no esta logrando matchear oferta y demanda de forma eficiente y autónoma. La cuestión es, ¿cuál es la causa de esta ineficiente gestión económica, es el mercado?.

John Maynard Keynes creía que era debida a fallos de la asignación clásica independiente del mercado, es decir el uso del axioma (Laissez Faire, Liassez passer) dejar hacer y dejar pasar, implicaría que el mercado de forma natural y sin intervención estatal debería solucionar los procesos de desaceleraciones e incluso crisis económica.


La solución de Keynes consistía en aumentar los Gastos del Gobierno para emplear la mano de obra parada y los Recursos de Capital no utilizados y mantener las Rentas personales.


El Gobierno, mediante la Política Anticíclica o de estabilización, intentaría así evitar que las variaciones coyunturales de la tasa de Crecimiento provoquen fuertes desequilibrios. Se trata de evitar las recesiones largas, e intentar que la expansión sea duradera y sostenida. Otros economistas cuestionan la conveniencia de la intervención del Estado y las razones de esta intervención. Para muchos la intervención estatal a través de la Política Económica, distorsiona más que lo que puede equilibrar.


El Gobierno ha presentado a través del Equipo Económico Nacional (EEN) en los primeros días de Marzo-2019 su plan para revertir la desaceleración económica existente y anunciada por los actores productivos ya desde finales del año 2018, recordemos que empresas icónicas de le economía paraguaya como Manufacturas Pilar han solicitado al Ministerio de Trabajo la suspensión de sus actividades en una semana al mes, es decir un 25% de su capacidad productiva (si suponemos un mes de 4 semanas), además de esta hay otras empresas de diversos sectores industriales que estarían solicitando medidas similares.

No fue un buen año para el Sector Agroexportador, la soja tiene un merma importante con su consiguiente efecto spillover (regadera) sobre toda la economía, el sector ganadero como siempre es menos sensible a los vaivenes pero justamente por ser mas estable se siente su menor  dinámica en su conjunto. (Dicen que se exporta igual pero yo vendo mas barato el Kilo/Vivo que antes, reclama un ganadero).


La desaceleración a fines del año pasado era un efecto anunciado por nuestros largos, ineficientes y previsibles periodos de transición entre  un gobierno que se va y otro que viene. 
 
Donde los administradores que salen tienen las manos atadas en algunos casos o ya no intervienen en aplicar políticas públicas o comprometer adquisiciones porque se están yendo  y los que vienen aún miran el proceso por TV y luego deberán necesariamente pasar por el conocido proceso de verificación, evaluación y posterior aplazamiento de todo  lo que hizo el anterior gobierno para luego de gastar en tiempo y consultorías volver a invertir en planificar y diseñar políticas recicladas para luego de un año intentar aplicarlas y sin darnos cuenta estamos cerca de nuevas elecciones y por supuesto muchos planes y reformas no se van a poder realizar porque son electoralmente NO CONVENIENTES.


Ante esta situación hoy nos vemos en un proceso innegable que se da en llamar  desaceleración económica, lo cual puede ser el inicio de algo peor si no se toman las medidas correctivas a tiempo. Ante esto es importante analizar si el aumento del Gasto Público es la única receta que presenta este Gobierno, la medida si bien es de manual, no dista de ser un apéndice que se presenta en cualquier curso básico de Economía de cualquier Universidad que ofrezca dicha carrera, es decir cuando hay CRISIS debe GASTAR MAS y si es OBRAS PUBLICAS MEJOR.


No hablamos de la calidad del Gasto, no se habla del aumento desmedido de salarios en reparticiones públicas y no se habla de como reactivar al sector productivo privado el cual acusa fuertemente la desaceleración económica.


No debemos jugar con las probabilidades, ni pensar que la misma economia se recuperará con solo inyectar un 12% más de inversión pública (encima habrá que ver cuanto en realidad se puede ejecutar), sino que debemos pensar en apoyar al Sector Privado con políticas de asistencia crediticia real, focalización del gasto en infraestructura para el desarrollo, generar industrias alternativas, fomentar la exportación,  etc.....
 

Esperemos que el viento a favor que tuvimos en anteriores años  a través del desarrollo de un fuerte Sector Agroexportador, de una Política Fiscal ordenada y sin sobresaltos con una Política Monetaria estable en sus principales indicadores (Tipo de Cambio e Inflación) no se convierta en fuertes vientos que nos lleven a una Tormenta Perfecta de aumento ineficiente del gasto público con efectos directos en la  inflación y por el lado externo una fuerte depreciación de la moneda, "hoy a duras penas contenida".
 
Esta posibilidad no debe tomarse a la ligera por los Policy Makers actuales, debe ser verificada como lo que es, “una probabilidad”, pero sin las acciones correctoras y relajando la disciplina fiscal como lo vienen haciendo desde el Gobierno, este pronostico de Tormenta puede llegar sin que nos demos cuenta.